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La experiencia que cambió mi vida para siempre

Hace un año que no escribo en ningún blog… y qué año! La última vez que escribí ya estaba embarazada aunque no lo sabía. Desde que me enteré de que una vida crecía en mi interior no quise saber nada más. Desconexión total. Nada que me pudiera «descentrar» de mi objetivo o que me llevara a momentos y experiencias que con demasiada frecuencia suelo recordar sobre el cáncer de mama. Nada podía empañar este momento y no quería que nada pudiera «llegarle» si es que eso es posible.

Hoy me siento preparada para hablar de ello. Y mi bebe está durmiendo.

Escribo este post sobre mi embarazo y sobre mi cáncer, para aquellas mujeres que quieren ser mamás y tienen cáncer de mama.

Tuve un embarazo normal, sí, normal. Esta palabra tan sencilla y tan poco interesante es la más agradecida y la más deseada cuando tienes cáncer de mama. Sólo quieres que todo sea normal.

Pues así fue mi embarazo, después de 6 años de tamoxifeno para controlar la enfermedad, de los 28 a los 34.

Me han llegado muchas preguntas de mujeres que quieren ser mamás, y lo más importante al inicio del procedimiento es un buen asesoramiento ginecológico y oncológico para congelar esos óvulos que serán el milagro que después os ayudará a cumplir el sueño de ser mamás. Por eso siempre, lo primero que quiero decir es, si el tiempo y el estadio lo permite: congela tus óvulos, no lo dudes.

Tras esto, y siempre de la mano de tu ginecólogo y tu oncólogo sigue el tratamiento, será duro, será largo. Pero una vez finalizado, cuando ellos determinen que es seguro, podrán con esos óvulos formar los embriones, que te darán la oportunidad de intentar ser madre.

Todavía no entiendo cómo en un cuerpo que ha albergado dos veces una enfermedad tan horrible ha podido crear una vida tan maravillosa y sana.

 

Raquel

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